Quiero ladrar!
Quiero Ladrar!
Ricardo Bulmez
Ricardo Bulmez
Fecha de publicación: 27/05/2007
Cuando este escrito llegue a tus manos, posiblemente RCTV ya esté cerrada o le renueven el contrato. No lo sabemos. Ojalá que, aunque nos quiten un símbolo de libertad, nuestra mente no esté esclava y sepultada. Recuerda que la esclavitud es más cómoda que la libertad, pero ésta es más sabrosa. Un pajarito en una jaula está cómodo, pero con las alas atrofiadas. Libertad es volar con nuestras propias alas.
Vivimos en un país donde se acabó la capacidad de análisis y de predicción. Y esto porque ya no hay reglas confiables. Hay diagnósticos pero no pronósticos. Vemos el hoy, pero no un mañana. Y en la vida es tan importante saber donde estoy parado como a donde quiero llegar. Venezuela no sabe a dónde va o a dónde la llevan. ¡Claro!, mientras los que la habitamos no decidamos otra cosa.
Si me piden una opinión sobre quién ganaría entre la Vino Tinto e Inglaterra es fácil vaticinar a favor del país europeo. Pero si, de un momento a otro, cambian las reglas no tendría nada que decir. Pues, desconocería las nuevas normas. Tendría que saber a quién favorecen.
Pero, en este caso no habría sorpresa, que es una de las flores más bellas del jardín de la vida. Y sin sorpresas la vida humana se quedaría en animal, pues los seres irracionales lo único que esperan es comer y reproducirse. Si uno de mis hermanos se va a enfrentar a Oscar De la Hoya y mi mamá es el árbitro, tendría un hermano campeón. Aunque le den la corona en el hospital. En la sinrazón, la razón no la tiene el que la tiene, sino el que tiene el poder.
Esto está pasando en nuestro país. Las reglas están en manos de una sola persona. Es decir, el control de la televisión -léase país- está cada vez más en manos del gobierno. Mejor dicho, en manos del comandante. Porque en Venezuela no hay gobierno, lo que hay es un presidente.
Quiero compartir un cuento que escuché en el mejor canal de televisión que nadie podrá cerrar jamás: las calles. Sí, este cuento me lo encontré por las calles de Venezuela. Lo escribo pero con piquete…
En tiempos de la IV República llegó un barco a los Puertos de Maracaibo procedente de Cuba. Apenas atracó, un perro saltó al muelle y comenzó a correr despavorido Maracaibo adentro. Los perros maracuchos que estaban en el puerto, que eran periodistas, lo siguieron.
Preguntaron al perro visitante si venía de Cuba; si los perros en esa isla tenían viviendas; si se sentían bien y si estaban contentos. El perro cubano, sin dejar de correr, a todas estas preguntas respondió lacónicamente "Sí".
-¡Mirá! -preguntó uno de los perros periodistas-. ¿Es verdad que vos no tenéis pulgas?
-Sí, es verdad -dijo el perro cubano-. En Cuba el gobierno tiene una campaña de salud buenísima. En la isla los perros no tenemos pulgas.
-Sí, es verdad -dijo el perro cubano-. En Cuba el gobierno tiene una campaña de salud buenísima. En la isla los perros no tenemos pulgas.
-¡Qué molleja! -comentó alarmado otro de los periodistas-. ¿Y vos sabéis leer?
-¡Claro chico! -respondió el perro cubano-. En Cuba a todos los perros, desde cachorritos nos enseñan a leer.
-¿Y los perros en Cuba coméis bien? -otra pregunta.
-Bueno, no siempre hay huesos, pero nunca paso hambre. Es más, en Cuba yo estaba muy bien -respondió el perro cubano.
-¡V…ción! -dijo admirado uno de los maracuchos-. Si vos estabais tan bien, ¿por qué salisteis de Cuba?
-Es que yo quería ladrar -concluyó el perro cubano.
-¡Claro chico! -respondió el perro cubano-. En Cuba a todos los perros, desde cachorritos nos enseñan a leer.
-¿Y los perros en Cuba coméis bien? -otra pregunta.
-Bueno, no siempre hay huesos, pero nunca paso hambre. Es más, en Cuba yo estaba muy bien -respondió el perro cubano.
-¡V…ción! -dijo admirado uno de los maracuchos-. Si vos estabais tan bien, ¿por qué salisteis de Cuba?
-Es que yo quería ladrar -concluyó el perro cubano.
Perro que no ladre no es perro, es un animal cualquiera. Porque el único animal que puede ladrar es el perro. Es más, si el perro no existiera no conoceríamos el ladrido. El perro no se distingue porque come, ni porque corre sino porque ladra.
El hombre no se distingue porque tiene un país que nacionaliza sus empresas, ni porque tiene para comer. El hombre se diferencia de todos los animales porque tiene un alma libre; porque tiene pensamiento propio y es dueño de su propio destino. Si el hombre no existiera no conoceríamos la libertad, la alegría, la poesía… no conoceríamos a Dios.
La libertad de expresión no está en que puedas decir de todo, sino en no tener miedo de decir lo que tengas que decir, aunque te equivoques. Una vez una señora me dijo que tuviera cuidado con el gobierno por lo que yo decía y escribía. Le respondí que la diferencia que existe entre una dictadura y una democracia, es: en la primera el ciudadano le teme al gobierno. Y en la democracia es el gobierno quien le teme al pueblo.
Decía el poeta coriano, tristemente tomado como bandera para manipular, Alí Primera: "Es mejor perder el habla que temer hablar".
Ricardo Bulmez
Fuente: Recibido por correo
Qué lástima, pero pareciera ser muy cierto!