Trágico final de una historia de amor por Internet
Su esposo la mató y la metió en una maleta
Texto: N.Palmar / E. Riera / Agencias
Betsabé Allaín Robles, de 21 años, vivía en el barrio El Manzanillo de San Francisco, pero eso no le impidió conocer, enamorarse y casarse con Juan Manuel Ubíz, de 25 años, quien vive en Cádiz, España, gracias al internet. Todo parecía ir bien hasta octubre de 2006 cuando desapareció. Su cuerpo, descuartizado, fue encontrado el jueves por la policía española.
en la imagen se aprecia el momento en que los cuerpos de seguridad de españa trasladaban la maleta en la que fueron encontrados los restos de betsabé allaín robles.
El abominable hallazgo se produjo el pasado jueves, en horas de la mañana, en una zona rural. El esposo de la joven, Juan Ubíz, de 25 años, es el único detenido. La pareja se conoció por internet.
Betsabé Allaín Robles, de 21 años, una joven zuliana que se encontraba desaparecida desde octubre de 2006, en la provincia de Cádiz, en Andalucía —al sur de España— fue encontrada muerta en el interior de una maleta de viaje, en una zona rural conocida como Puerto Real.
El hallazgo de la osamenta, que aún tenía restos de piel, se produjo el pasado jueves, en horas de la mañana, por un morador del lugar, cuando transitaba por una trilla entre las fincas de El Algorrobo y Santa Ana, cercano a la autopista AP-4.
Allaín Robles residía en la comunidad autónoma de Cádiz desde febrero de 2006, luego de contraer nupcias con Juan Manuel Ubíz, de 25 años, a quien conoció por internet a principios de 2004, mientras chateaba en su casa, ubicada en El Manzanillo, municipio San Francisco.
La muchacha se encontraba desaparecida desde octubre de 2006. En ese entonces su esposo, acompañado por su suegra, Elizabeth de Allaín Rojas, denunció el extraño hecho ante la Comisaría Provincial del Puerto de Santa María.
La maleta donde fue encontrada la osamenta medía unos 30 centímetros de largo por 60 centímetros de ancho, según reseñaron los medios impresos españoles.
Era de material flexible y estaba semienterrada en un terraplén con pinos y pequeños arbustos; estaba situado en una zona poco poblada, precisamente, donde el pasado mes de enero funcionarios policiales encontraron una pala semihundida.
El cadáver fue hallado en posición “ultrafetal” en el interior de la maleta de viaje y había sido introducido de una manera muy contorsionada.
Un hombre, quien de manera habitual recolectaba leña y hojas secas por la zona, la persona que halló el bulto en el lugar, donde meses antes había encontrado una pala y un maletín semienterrado.
En aquella oportunidad el lugareño trató de sacarla, pero el asa se rompió y el maletín rodó por una pendiente hacia un terraplén.
Tras encontrarse la maleta, que no pudo levantar en peso, el hombre acudió a una venta de víveres, ubicada cerca de la finca El Algarrobo y le comentó lo sucedido al propietario del local.
Casualmente, en el local comercial se encontraban desayunando dos policías, quienes acudieron a la trilla con el apoyo de otros efectivos, y comprobaron que en el interior de la maleta se encontraba el cadáver de una mujer.
Sin identificar
Luego del impresionante hallazgo, los uniformados procedieron a revisar el cuerpo y no encontraron ningún tipo de documentación.
La comisión policial no pudo distinguir a simple vista si se trataba de un hombre o una mujer.
Tal situación ameritó que, durante 12 horas, funcionarios de la Policía de Puerto Santa María, la Policía de Cádiz, la Policía Científica y expertos en antropología forense, provenientes de Sevilla y Madrid, trabajaran para conocer la identidad del cuerpo.
Se conoció que la línea de investigación se centró, en principio, en cotejar los datos revelados durante el hallazgo con el listado de personas desaparecidas en los últimos meses en la provincia de Cádiz.
Entre ese grupo de personas se encontraba Betsabé Jackeline Allaín Robles, cuya desaparición fue denunciada por su marido en octubre, y posteriormente por su familia de Venezuela.
Antes que se conociera el desenlace de la investigación, el comisario provincial, José María Deira, indicó a los medios de comunicación andaluces, que “se implantó un DNI electrónico en la investigación para esclarecer la identidad y causas de la muerte del cadáver hallado en el enclave rural”.
Está aún pendiente el resultado de la autopsia, que se realizaba ayer (viernes) en el Servicio de Patología Forense de Cádiz”.
Deira apeló también al “respeto” a la instrucción del expediente para no revelar ningún aspecto que pudiera incidir en el trabajo de la investigación.
Algunas fuentes policiales españolas precisaron que la muerte pudo producirse hace más de tres meses, como consecuencia de fuertes lesiones causadas por varios golpes.
En el resultado de la autopsia estaba pendiente una radiografía, que se realizaría en la cabeza del cadáver.
El comisario Deira explicó que “el cuerpo estaba en muy mal estado de conservación, pese a los meses que podría llevar fallecida la persona, quizás por el rigor del invierno, las bajas temperaturas y el hecho de estar dentro de una maleta, que lo salvaguardó de la acción de los animales”.
Hasta los momentos las autoridades españolas mantienen detenido al esposo de Betsabé, Juan Miguel Ubíz, por ser el principal sospechoso del caso.
Buscaba mejor futuro
En la casa de la familia Allaín Robles, ubicada en el sector El Manzanillo de la urbanización San Francisco, la noticia sobre la muerte de Betsabé generó estupor y escalofríos en su progenitora, Elizabeth de Allaín Robles.
La mujer relató que Betsabé conoció a Juan Miguel, a principios de 2004, a través del chat por internet.
Al parecer, la pareja sostuvo dos años de relaciones sentimentales mediante un portal digital, pero con el pasar del tiempo la relación se fue nutriendo, hasta el punto que Ubíz, visitó Maracaibo en dos oportunidades para conocer y compartir más con su amada.
“Ese muchacho se veía muy tranquilo y educado, vino al país porque le pedí a mi hija que lo trajera. En la segunda visita, él le regaló un anillo de diamantes y le propuso matrimonio, se notaba muy enamorado”, precisó Elizabeth de Allaín.
Pese a que Betsabé desapareció extrañamente en octubre de 2006, pasaron dos semanas para que el esposo colocara la denuncia ante la policía, y sólo lo hizo ante la llegada de la madre de la muchacha a territorio ibérico.
“Betsabé tenía una semana sin llamarme, me preocupé y comencé a llamarla pero no la contacté. Llamé al esposo y me dijo que no sabía de su paradero. De inmediato me fui para allá y fue así cómo se colocó la primera denuncia de su desaparición”, dijo la madre.
Tres meses después Juan Miguel llamó a su suegra y le manifestó que Betsabé se había ido con otro hombre y que estaba en un poblado de Andalucía, “en buen estado de salud y sin problemas”.
Sin embargo, las palabras de Ubíz no generaron confianza en Elizabeth, y buscó ayuda en una comadre que tenía en Cádiz y colocó nuevamente la denuncia.
“Los restos de mi hija no están en España, están en mi corazón y pido que su muerte sirva para que los padres y los jóvenes que inician relaciones por internet tengan más cuidado. Espero que la traigan porque no viajaré para recoger más dolor”.
“Exijo que el asesino de mi hija pague por lo que nos hizo, nos quitó a una niña maravillosa”, concluyó la desconsolada madre.
Cortesia: Diario Panorama