¿Las ovejas eran de bronce?
Por:José Ángel Ocanto
Publicación, El Impulso: 06/06/2011 07:17:00 p.m.
¿Las ovejas eran de bronce?
I
Hay en todo esto un tremendo hilo de coincidencias. Un misterio que deberá ser despejado algún día. Y un contraste sobre el trato dado en el país a las obras de arte, y a los artistas, que nos obliga a reflexionar.
Ocurre que la imagen de la Divina Pastora que acaba de ser agredida en la redoma de Santa Rosa y es obra de la escultora María Eugenia Bigott, fue inaugurada, en medio de una gran expectativa, el sábado 14 de enero de 1995. Era un regalo a la ciudad por parte del Banco de Lara, que cumplía 40 años de fundado.
Cuatro días antes, el 10 de enero de 1995, la guerrilla volaba en pedazos, con el uso de 10 kilos de dinamita, la escultura de bronce El Pájaro, de Fernando Botero, en la plaza San Antonio, de Medellín, Colombia. Murieron 29 personas. 205 resultaron heridas.
Para realizar ese atentado, atribuido a células urbanas de las FARC, y que habría sido una respuesta de los grupos irregulares a la captura de Gilberto Rodríguez Orejuela, el máximo jefe del cartel de Cali, se escogió el día en que en la citada plaza de realizaría un bazar, con la participación de grupos musicales.
De la escultura de Botero sólo quedó en pie la base de hormigón reforzado con barras de hierro, sobre el cual descansaba El Pájaro.
El maestro fue llamado. Su opinión fue determinante para lo que se iba a hacer. Botero pidió que los escombros no fueran removidos. Varios meses después, en enero de 2000, le regaló a su ciudad natal, otro pájaro de bronce. Al primero, semidestruido, lo rebautizó El Pájaro Herido, como símbolo del espanto vivido aquella noche de junio de 1995. Al segundo, colocado a su lado, lo llamó El Pájaro de la Paz.
Ambas piezas fueron trasladadas, en cierta ocasión, dentro de Medellín, de la plaza San Antonio al Centro Internacional de Convenciones Plaza Mayor, donde se celebraría una Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en sus 50 años de fundado.
II
María Eugenia Bigott, la autora del monumento a la Divina Pastora, murió siete meses después de su inauguración, en agosto de 1995.
Cuando la periodista Ángela Ameruoso, de EL IMPULSO, la entrevistó, durante la ceremonia en que su obra era expuesta al público, se mostró feliz, y agradecida. "Espero que el pueblo de Lara aprecie este homenaje", dijo, radiante, la artista.
Una de las fotos panorámicas que tomara el tan recordado José Antonio ("Gordo") Peña, muestra a una plazoleta inmensa, bellísima, cuidados con especial esmero cada detalle de jardines y caminerías, trabajos que estuvieron a cargo del arquitecto Juan Manuel Granda.
Recordar este detalle es uno de los motivos de la gran incomodidad que no se molesta en esconder el doctor Simón Alberto Consalvi, periodista, escritor, ex canciller de la República. Viudo de María Eugenia Bigott.
-Ahora nadie ve de cerca la imagen. La plazoleta fue achicada y para colmo a su lado hay ahora vías rápidas, por donde la gente pasa deprisa -refiere.
Pero esa no es su única ofuscación. También cree que las ovejas fueron cambiadas. "Las originales tenían cabeza de bronce", asegura.
A Consalvi lo consultamos a instancias del doctor Luis José Oropeza, ex presidente del Banco de Lara. También él está convencido de que las ovejas no son las mismas. "Esto ha quedado al descubierto con los destrozos causados", plantea.
A los pájaros de Fernando Botero, en Medellín, los volaron con dinamita. ¿Qué clase de escamoteo pudo haber ocurrido con las ovejas de María Eugenia Bigott, envueltas antes en un escándalo, cuando fueron pintadas?
También el monumento fue teñido de verde, a modo de lograr el efecto de envejecimiento.
-Qué barbaridad -exclama Consalvi, desde el otro lado de la línea telefónica-. Todo esto me tiene intrigado. Aquí hubo una anormalidad muy grave. Una escultura de bronce nunca se pinta. El primer atentado fue con el señorío y autenticidad de una escultura de bronce. Es una pieza magnífica, límpida, de gran tamaño, con un peso superior a los 1.500 kilos. Deben quitarle la pintura y volverla a exponer en el bronce original. Sin alterarla.
-¿Las ovejas originales están descarriadas?
-Tengo los moldes de las ovejas originales. La cabeza es de bronce. Nadie sabe cuándo, ni cómo, hicieron esa alteración. Es más, yo mandé a hacer, por mi cuenta, una réplica de la cabeza de la oveja más grande, fundida en bronce, y la cual no aparece en las tomas transmitidas por la televisión. ¿Qué pasó con las ovejas? ¿Dónde están las ovejas de bronce?
-¿A usted no lo han llamado para consultarlo sobre las reparaciones que harán al monumento?
-Todo lo que han hecho es sin tomarnos en cuenta, para nada. El monumento debe conservar su pátina propia, no puede ser alterado. Necesito saber quiénes son los restauradores. Ellos tienen que documentarse sobre la obra.
-¿Qué opina usted del atentado, qué se busca con eso?
-Esto está conectado con otros actos de vandalismo. A una escultura de José Gregorio Hernández, en Catia, le robaron el perro. En mi opinión lo que se pretende es borrar la memoria del país, y amedrentar a la gente, forzarla a resignarse en el silencio.
III
Luis José Oropeza, quien presidiera el banco que donó a la ciudad el monumento, tiene una versión más drástica.
-Cambiaron las ovejas de bronce por otras de cemento, y las pintaron para disimular el la sustracción.
¿Cuándo se produjo el cambio, si en verdad lo hubo? El alcalde para la fecha de la inauguración del monumento era Nelson Piña, quien incluso habló en el acto, junto al gobernador, Mariano Navarro. No nos fue posible localizar a Piña, quien está totalmente retirado de la vida pública.
Macario González, quien asumió la alcaldía desde 1996 hasta 2000, asegura que su gestión recibió ovejas de concreto. Dice que lo recuerda bien, porque las piezas necesitaban mucho mantenimiento.
IV
Barquisimeto tiene un denso historial de absurdas restauraciones de edificios y obras de arte, con absoluto desprecio hacia sus autores.
Un ejemplo protuberante es el del Teatro Juares, cuya estampa original, imponente, preciosa, fue estropeada con el mármol que se usó para revestirlo, hasta convertirlo en una especie de mausoleo.
El Palacio Municipal, obra del arquitecto carabobeño Jesús Tenreido Dewit, que ganara el Premio Nacional de Arquitectura en 1991 y fue declarado Bien de Interés Cultural por el Instituto Nacional de Patrimonio y el Conac, también se ha enfrentado a varios amagos por introducir alteraciones indeseadas.
La hermosa Flor de Venezuela, obra de Fruto Vivas, pabellón de nuestro país en la Expo Mundial de Hannover, en el año 2000, fue traída a Venezuela y reinstalada en el cruce de las avenidas Venezuela y Bracamonte, en Barquisimeto, sin tomar en cuenta a su creador.
Al margen de esto se perpetra un sordo saqueo, no registrado. Faroles, bancos, relojes y pinturas que han desaparecido de parques, plazas y otros sitios públicos, han sido vistos en casonas particulares.
El ensamble de la Divina Pastora erigido en la plaza Macario Yépez, sobre el cual lanzaron pintura roja durante la sucesión de profanaciones que cortaron el aliento de todos en la ciudad, el 26 de mayo, fue "reparado" sin consultar a su autor, el pintor Antonio Vargas.
"Ellos no consultan a nadie", nos dijo, molesto, el artista, en referencia a la municipalidad.
-Mi obra es un ensamble, que consiste en una pieza en cuya elaboración se usan varios materiales, y cada uno requiere un tratamiento distinto. Allí hay cemento, cerámica, madera, hierro.
Hay una versión, no confirmada, según la cual para remover la pintura roja, usaron gasolina. Luego habrían pintado las partes descoloridas con pintura normal.
-Entiendo que la obra debe ser restaurada, pero es preciso que esos trabajos sean cumplidos por una mano de obra especializada -dice Vargas.
V
Estamos en presencia de un trato muy poco cultivado de los asuntos de la cultura. Se trata al arte como mercancía, simples adornos que pueden ser dispuestos, removidos o alterados conforme a los particulares humores de burócratas ignorantes.
En lo concerniente al monumento a la Divina Pastora, ha quedado en evidencia que no hay un único atentado. La pintura roja de ahora, lanzada con desprecio, fue precedida por la pintura verde de antes, dispuesta con necedad.
Y si las ovejas eran ciertamente de bronce, ¿cómo llamar esa otra irreverencia?
Repiques
El alto Gobierno ha girado instrucciones para que se esclarezca cuanto antes la autoría de los atentados a las figuras religiosas. Lo deseable sería que no se buscara a un par de chivos expiatorios, para enterrar el caso.
Vimos el video tomado por las cámaras del Plan 360, de la Gobernación, sobre el monumento de la Divina Pastora, la noche de la agresión.
Esa "prueba" no tiene ningún valor. Sólo se ve a dos vehículos pequeños que dan dos vueltas en la redoma, hasta que alguien, que se ve como una sombra completamente imprecisa, que se baja de uno de los vehículos y se desplaza hacia el monumento. De los seis reflectores instalados en el lugar, sólo dos funcionan. El colmo es que la luz de uno de ellos da contra la cámara.
La policía está trabajando sobre los rastros telefónicos. Se han producido varios allanamientos.
Yo las recuerdo perfectamente, si tenían la cabeza de bronce. Por eso las pintaron? para tapar el robo? Henri Falcón debería hacer una investigación exhaustiva, si mal no recuerdo, lo hicieron en su mandato.