Cosita Rica...: Por Dios permítanme saber de mi hijo...

miércoles, 16 de mayo de 2007

Por Dios permítanme saber de mi hijo...


“Por Dios permítanme saber de mi hijo”

Antonio Adjam, padre del comerciante árabe Elia Adjam

Gerardo Morón.-

Nueve días desaparecido cumplió ayer el comerciante venezolano de descendencia árabe, Elia Adjam, de 39 años, y sus familiares se encuentran angustiados al no saber el destino de su ser querido, a quien definieron como un hombre trabajador, honesto y caritativo.

Familia angustiada

Antonio Adjam, padre del comerciante desaparecido, quien es propietario del local comercial Mercantil La Papaya, rememoró que en los 48 años que lleva viviendo en nuestro país, nunca había sufrido una situación como ésta. Dijo que su hijo es venezolano, nacido en Barquisimeto, y por eso tiene muchos amigos que lo aprecian por la calidad de persona que es. No me explicó -se preguntó- cómo es que le ocurre esto a una persona que lo único que hace es vivir tranquilo y ganarse la vida trabajando día a día sin molestar a nadie.

No hemos recibido amenazas

Señaló que la última vez que supo de su hijo, fue el lunes 5 de mayo, como a las 7:00 de la noche, cuando se retiró del local. Desde entonces, no he podido saber nada de él. Nadie nos ha llamado. Así que desmiento de manera categórica los rumores que indican que hemos recibido amenazas. De quién vamos a recibir amenazas si nadie se ha comunicado con nosotros.

Que digan qué es lo que quieren

Desde el pasado lunes 7 de mayo, cuando fue visto por última vez el comerciante, no se ha sabido nada. Si quieren algo -dijo Antonio Adjam- que lo digan. Que me llamen y lo manifiesten, porque hasta ahora no comprendo qué pretenden con tanto silencio. El está enfermo, padece de afecciones estomacales y no sé cómo se pueda sentir en este momento porque no está cumpliendo su tratamiento. Pido que por favor me permitan escuchar su voz y saber que aún sigue con vida -dijo- acotando que lleva varios días sin dormir, y esa misma angustia la vive su esposa que presenta un cuadro de depresión aguda, así como sus dos hijos de 5 y 6 años, que todos los días lloran por no ver a su padre. Pido a quienes saben donde está, que lo suelten, que le permitan estar con su familia.

Por último dijo que sólo lo asiste la justicia divina y que ha preferido mantenerse a distancia de los organismos de seguridad, por cuanto confía plenamente en que Dios, le permitirá ver y abrazar nuevamente a su hijo.



Cortesía: El Informador


Ver también: http://elinformador.com.ve/nueva/xxview.php?ArtID=41720

Pareciera que la industria del secuestro va a desplazar a la industria del robo de vehículos... ¿o ya lo hizo?



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