Delincuencia CERO... ¿utopía? ¿una oportunidad que dejamos pasar?
DELINCUENCIA CERO
Haremos de Venezuela un país sin miedo Nuestra visión. En 2010 la delincuencia es reducida a su mínima expresión, gracias a una política de prevención y represión moderna, justa y efectiva, que asegure la creación de condiciones favorables para evitar la proliferación de violencia, especialmente urbana. El problema a resolver. Entre los desafíos que enfrenta la sociedad venezolana, el más apremiante es el rescate efectivo de la seguridad personal. Esto la convierte en un tema complejo que debe ser atacado en sus múltiples facetas. No es un tema exclusivo del ámbito policial. El problema de la violencia y delincuencia es un fenómeno complejo que tiene múltiples causas sociales, institucionales y económicas: la falta de oportunidades económicas (desempleo), ausencia de una policía efectiva, un sistema judicial ineficiente, y una comunidad débil ante el delito. El principal propulsor de la delincuencia es el desempleo y la falta de oportunidades económicas para amplios sectores de la población. Venezuela tiene una de las tasas más altas de desempleo y economía informal de América Latina. El desempleo en Venezuela llega un nivel superior al 60% de la población económicamente activa. Esto quiere decir que 2 de cada 3 venezolanos se encuentran desposeídos de un empleo estable. En esta situación, familias enteras de venezolanos no tienen una fuente estable mínima de ingreso, lo cual implica que un gran número de personas ante la falta de opciones optan por ingresar a actividades delictivas. El desempleo en Venezuela es especialmente grave entre los jóvenes, donde la falta de oportunidades de empleo se ve agudizada por la falta de oportunidades de estudio. Miles de jóvenes en Venezuela están esperando un cupo universitario. Igualmente, la falta de oportunidades para la educación, el entretenimiento y el deporte agravan las condiciones de la inseguridad. Venezuela tiene un déficit de oportunidades de educación superior, un déficit de canchas deportivas y una carencia prácticamente total de sitios de diversión sana para los jóvenes. Todo esto contribuye a crear un ambiente donde los jóvenes se ven atraídos por el alcohol, las drogas, las armas y la violencia. Además, la vigilancia policial está muy lejos de ser una policía de primera, capaz deponerle coto a la delincuencia. La creciente desaparición de las instituciones ha afectado las ya graves deficiencias de la policía metropolitana, así como la politización de las policías regionales y municipales en manos del gobierno. No se ha logrado tener el nivel de preparación, experiencia, recursos y capacidades institucionales para afrontar el crimen y los resultados hablan por sí solos. En el combate del delito es necesaria una actualización constante de las técnicas delictivas y de sus métodos de combate, así como una acumulación de experiencias que sirvan para aumentar la eficacia del cuerpo policial. Con pocos años o aún meses de entrenamiento, los policías regionales no cuentan con una adecuada preparación. Además las condiciones socioeconómicas de los miembros de la policía no son adecuadas. Bajos salarios, falta de programas de seguridad social, vivienda, atención a la familia, generan un bajo nivel de entusiasmo de los policías por su trabajo y una baja moral que afecta su rendimiento. Finalmente, hay una total descoordinación entre la policía regional, la policía municipal y los cuerpos de seguridad del estado (GN, CICPC, DISIP, etc.), lo cual hace ineficiente y poco efectivo el combate a la delincuencia. Con una policía que muestra poca capacidad de acción frente al crimen, no es una sorpresa que la poca efectividad de la policía se vea acompañada por un sistema judicial ineficaz e injusto. Son numerosos casos en los que procedimientos policiales inapropiados son la base para que los delincuentes salgan impunes de los juicios. A esto hay que añadir la corrupción, que permite favorecer a los delincuentes, y la injusticia que castiga más a aquellos que no tienen recursos para influir las decisiones judiciales. Finalmente, la falta de integración entre las comunidades y la policía agrava más la crisis de inseguridad. Dado que la delincuencia tiene su principal accionar en las zonas residenciales (barrios, urbanizaciones, etc.) y algunos lugares de concentración urbana (centros comerciales, mercados, playas, etc.), las autoridades deberían proveer a la comunidad de herramientas que le permita mantener un contacto directo con los cuerpos de seguridad, para así poder hacer más eficiente el accionar en la prevención del delito, que es en definitiva la principal arma en contra de la delincuencia. Los canales de comunicación autoridad–comunidad son inexistentes o muy precarios, lo cual hace muy difícil el trabajo de inteligencia necesario con miras de la prevención del delito. Ni siquiera existe un número de emergencia, lo cual es un instrumento básico en la lucha contra la delincuencia. En esta situación, el accionar de la delincuencia muchas veces ocurre ante los ojos de los vecinos, que observan tráfico de drogas, armas de fuego ilegales o uso ilegal del alcohol, sin poder actuar en consecuencia por la falta de acceso a una policía confiable y de rápida respuesta. Nuestro enfoque. Concebimos entonces el concepto de seguridad personal en forma amplia y no sólo referido a la necesidad de mantener el orden público y la tranquilidad ciudadana (en donde la esfera policial cumple su función). Para nosotros, el desempleo, la desintegración familiar, la exclusión social, la marginalidad, la transculturación (pandillas), y la deserción escolar son causas desencadenantes de la violencia y la delincuencia, por lo que hay que atenderlas de una manera integral. Asimismo, hay factores tales como el porte indiscriminado de armas o el consumo de alcohol, que agravan considerablemente la incidencia de la inseguridad personal por violencia y delincuencia. Nuestra visión es integral. Por ello, la erradicación de la delincuencia pasa por el desarrollo humano, promoviendo un ambiente de diálogo, entendimiento y tolerancia, a la vez que refuerza la necesaria y responsable acción policial del Estado. La violencia y delincuencia es un tema que trasciende los ámbitos sociales, de calidad de vida y de gobernabilidad, llegando a incidir en costos económicos, deteriorando la plataforma de inversión y la competitividad del país. Promoveremos una política coordinada en el ámbito nacional para disminuir los índices de violencia y delincuencia en el país, con participación de la ciudadanía, a través de acciones encaminadas a: prevenir la violencia social y el delito; combatir y reprimir la delincuencia; y rehabilitar y reinsertar al menor infractor y adulto joven en conflicto con la ley. En el corto plazo, habrá especial concentración en la situación particular de las pandillas, tanto en cuanto a la prevención y la sanción, como a la reincorporación de sus miembros a la sociedad. ¿Cómo lograremos la “Delincuencia Cero”? Nuestro plan para la reducción acelerada de los niveles de delincuencia en Venezuela se basa en aplicar las mejores experiencias y tecnologías en la lucha contra el crimen a nivel nacional e internacional, a través de una política pública integral. En este sentido, el proyecto “Delincuencia Cero” que proponemos para lograr una Venezuela de Primera constará de los siguientes compromisos:
1. Generar unas condiciones económicas favorables que reduzcan el desempleo al mínimo (FULL EMPLEO). No es posible reducir sensiblemente los delitos más frecuentes en Venezuela sin atacar la causa fundamental que los origina: el desempleo y la falta de oportunidades económicas para las grandes mayorías. Por eso nuestro proyecto tiene un sentido dual y complementario: FULL EMPLEO/DELINCUENCIA CERO.
2. Descentralizar la organización policial, poniéndola bajo exclusiva responsabilidad de la gobernación o municipio, según sea el caso, a la vez que mejorar la cooperación entre las distintas policías regionales y municipales, mediante la creación de una instancia común coordinadora que haga las veces de la Guardia Nacional.
· Transformar a la organización policial, a través de las siguientes medidas:
· Depurar la policía. Eliminaremos los elementos delincuenciales en las policías.
· Equipamiento de primera. Transformaremos a la organización policial en Venezuela, a través de un equipamiento de la policía con armamentos, equipos, transporte y comunicaciones de tecnología de punta; entrenamiento amplio para los agentes policiales que los mantenga actualizados y preparados el delito; incremento en la eficiencia de los programas de selección y formación de agentes, incluyendo como parte de sus estudios programas de ética y valores a fin de que los futuros policías reciban una formación integral; colocación de más sedes policiales en diferentes zonas del país para que los efectivos puedan acudir con mayor rapidez y más eficientemente a cumplir sus funciones; mantenimiento de un número requerido de efectivos, seleccionados rigurosamente y entrenados con criterios de excelencia, para el número de ciudadanos que viven en cada región;
· Formación de primera. Entrenamiento amplio para los agentes policiales que los mantenga actualizados y preparados el delito.
· Sedes de primera. Dotación de infraestructura de más sedes policiales para que los efectivos puedan acudir con mayor rapidez y más eficientemente a cumplir sus funciones.
· Personal de primera. Mantenimiento de un número requerido de efectivos, seleccionados rigurosamente y entrenados con criterios de excelencia, para el número de ciudadanos que viven y visitan el estado.
· Sistemas de información de primera. Un sistema de inteligencia, información y análisis estadístico sofisticado que sirva a los organismos de seguridad para poder realizar un trabajo en equipo más coordinado y conectar a la comunidad con su policía. Proponemos la creación de un sistema de inteligencia, información y análisis estadístico sofisticado que sirva a los organismos de seguridad para poder realizar un trabajo en equipo más coordinado y conectar a la comunidad con su policía; promover mejoras salariales y de condiciones de trabajo y seguridad social que incentiven a los efectivos policiales a realizar un trabajo de primera y premien el esfuerzo en la búsqueda de la Delincuencia Cero;
· Seguridad social de primera para la policía. Mejoras salariales y de condiciones de trabajo y seguridad social que incentiven a los efectivos policiales a realizar un trabajo de primera y premien el esfuerzo en la búsqueda de la Delincuencia Cero.
3. Mejorar radicalmente la operatividad de la policía.
· Capacidad de proximidad y respuesta de la policía. Disuasión a través de la presencia creciente de una policía actualizada, profesional y dotada de los mejores y más modernos equipos en el combate de la delincuencia
· Patrullaje inteligente. Un nuevo sistema de patrullaje inteligente, basado en la movilización continua, con visitas cortas, intermitentes y aleatorias en las zonas de mayor peligro como estrategia efectiva de lucha contra la delincuencia.
· Detenciones focalizadas. Es necesario sacar de la calle a los criminales y delincuentes más peligrosos especialmente los reincidentes. Una gran proporción de los crímenes es cometida por un número pequeño de delincuentes, así que apuntando poner fuera de la circulación a ciertos delincuentes reincidentes y peligrosos, la tasa de criminalidad puede ser reducida aceleradamente.
4. Crear una fuerte vinculación Policía-Comunidad.
· Policía en la comunidad. La presencia permanente y visible de la policía en las comunidades como mecanismo para aumentar la efectividad de las comunidades en la prevención.
· Óptimas comunicaciones. La creación de herramientas de comunicación e información, que se pondrán al servicio de la comunidad para mantener un flujo de información que permita la prevención del delito.
· Activación de los jueces de paz. Para lograr la acción comunitaria en la lucha contra las faltas menores y la violencia en la comunidad.
· Educación para la seguridad. La implementación de planes educativos a los habitantes para que formen parte de la prevención del delito.
5. Generar un ataque integral a las manifestaciones de delincuencia. No basta con atacar al “gran crimen”, es necesario generar un ambiente de vida social en la escuela, la comunidad, el que también se ataquen las manifestaciones supuestamente “menos violentas” de ilegalidad, con planes tales como tales como:
· Cero drogas ilegales. El combate del tráfico y distribución de narcóticos y alcohol como paso prioritario para la eliminación de la violencia.
· Cero armas ilegales. Un control severo de la posesión ilegal de armas de fuego.
· Cero comportamiento ilegal. Un control severo de la violencia callejera, las pandillas, las actuaciones contra la familia, las agresiones contra los bienes públicos, etc.
· Cero ventanas rotas.
6. Calidad total en los procedimientos policiales y seguimiento de los procesos judiciales. La policía no termina su trabajo con la detención del supuesto delincuente. Es necesario completar los procedimientos con alta calidad y realizar un seguimiento de los procesos judiciales iniciados en contra de los delincuentes capturados, para poder lograr la condena en los casos pertinentes.